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Historia militar en la Edad Moderna de Gran Canaria

Historia de las fortificaciones militares de Gran Canaria

 

Con la llegada de los primeros europeos a las islas crean estructuras de fortificación no solo para defenderse de ataques exteriores sino que se convierte en base de operaciones de ataque. La primera fortificaión que se elvanta en Gran Canaria por los castellanos fue la del Real de Las Palmas, por Juan Rejón. El fuerte se construyó con troncos de palmera y piedra, tenía al menos dos torreones y desde ahí comenzaron la mayoría de las incursiones que se hacían al interior de la isla. Cuando comenzó a construirse la ciudad, donde hoy en la zona tardo-gótica, es decir alrededor de la hermita de San Antonio Abad y su plaza, la fortaleza fue desmontada. 

 

Anteriormente a esta fortificación, una expedición mallorquina-aragonesa construyó en la bahía de gando una fortaleza, destruida luego por los aborígenes y reconstruida por el señor de Gran Canaria Diego de Herrera, a mediados del siglo XV, sin embargo, tras ceder la isla a los reyes en 1477 la defensa de la isla se centró en la zona en torno al afluente del Guiniguada. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras la conquista de Gran Canaria, las tropas castellanas no se quedaron en su mayoría y los que quedaron no lo hicieron como fuerzas permanentes. A partir de aquel momento, las autoridades de las islas no tenían un específico papel militar en la isla. Los gobernadores, estaban más preocupados del repartimento y las datas que de una organización específicamente militar. Cierto es que no pocas veces la costa africana fue pasto de las cabalgadas y razzias que azotaron todo el litoral cercano a las islas, y los gobernadores traían esclavos y camellos de esas zonas, pero ello no significa que hubieran tropas regulares en Canarias, sino que se trataban en su mayoría de voluntarios, que en época que no era de siembra y recogida, se dedicaban a  labores de pillaje. 

 

No sería hasta 1551 que aparecen las primeras milicias, organizadas en Gran Canaria por el regidor don Pedro Cerón, regidor del Cabildo y jefe militatr de la isla. Cerón organizó la primera milicia, mediante alistamiento de campesinos y vecinos de la isla que podían sostener un arma, fuera palo o mosquete, y los distribuyó en Compañías, y nombró alferez y capitanes a los más capaces. 

 

Tres años después llegó don Rodrigo Manrique de Acuña, visitador real de asuntos de guerra, que reorganizó las milicias canarias, momento en que las Ordenanzas de milicias, citaban las obligaciones de cada oficio de los milicianos. Así se crearon la de los artilleros, la infantería y la caballería. La milicia tuvo a lo larto de toda la Edad Moderna de Canarias, varios cambios legislativos, y estructurales, se formaron compañías milicianas de artillería, se trajeron adiestradores de castilla y de italia y estaban pagados por el cabildo. 

 

Gran Canaria, pocos años después de su conquista fue periodicamente amenazada y atacada por piratas y corsarios que enviados o financiados por potencias enemigas de España, tuvieron a bien ver las islas como objetivos de boicot al creciente imperio español, otras veces las amenazas venían simplemente por bandidos del mar, que solo querían esclavos, o algún botín que tomar. No obstante, eran los corsarios, o las flotas enemigas los más peligrosos y que sin duda dejaron huella en la historia de Gran Canaria y de Canarias. Estos ataques tuvieron como consecuencia en la creación de toda una red de infraestructuras de defensa militar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En la segunda mitad del siglo XVI, antes del ataque del corsario Van der Does quien destruiría Las Palmas, Felipe II mandaría a ingenieros que proyectaron diferentes fortificaciones como fueron el Cubelo de Mata en 1575, la torre de San Pedro. Torriani proyectó La torre de Santa Ana en 1568 que se situaba cerca de la calle Bravo Murillo, el extremo de la muralla. Donde hoy está el hospital militar, se fabricó en 1607 una estructura defensiva llamada Punta de Diamante. En 1625, el Castillo de San Francisco hoy todavía en pie. Pocos años después de construye el de Santa Catalina, en la caleta del mismo nombre. 

 

En el sur de Gran Canaria se construye la casa-fuerte del Castillo del Romeral, construida por don Antonio Lorenzo en 1677.

 

En el siglo XVIII se construyen reductos y baterías, y se reforman las que ya había.

 

 

 

Se puede ver la guerra que ofreció la artillería de las fortalezas costeras.

© 2014 Marco Antonio Castro Pérez. Proudly created with Wix.com

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